En el mundo hay más mediocres que brillantes, esa es una realidad innegable. En el colegio, en la universidad y en el trabajo, un gran porcentaje son mediocres, me atrevería a afirmar que no menor al 80% pertenecen al grupo de los “poco eficientes”.
Si el mundo estuviera invadido por personas brillantes este planeta sería una maravilla. Pero la realidad que vemos a diario nos demuestra que la Tierra está sobrepoblada por mediocres.
¿Qué es un mediocre? Yo lo defino como una persona que de manera natural hace las cosas mal, de modo deficiente, desconociendo los principios de la eficacia, eficiencia, calidad… Todo lo que haga un mediocre, en cualquier ámbito de la vida, queda mal hecho.
La RAE define la palabra mediocre como: “[persona] Que no tiene un talento especial o no tiene suficiente capacidad para la actividad que realiza. Que es mediano o regular, tirando a malo, en cuanto a su calidad, valor, interés, etc.”
Al mediocre no le gusta esforzarse para hacer las cosas bien o mejor de lo que ya están. Es un conformista por naturaleza. Se siente satisfecho por el simple hecho de terminar algo, sin importarle la calidad de su labor.
Es apático ante cualquier cosa que requiera dar un poco más de él mismo y por supuesto es perezoso. Mientras menos tenga que hacer él mucho mejor.
Me imagino las neuronas de los mediocres lentas, bostezando y sonsas. La creatividad no existe dentro del vocabulario de un mediocre, no es capaz de generar una idea. Para ellos es más sencillo robarse una idea o copiarla, esto requiere menos esfuerzo.
El mediocre prefiere creer que pensar. Es más fácil creer ciegamente que hacer el ejercicio de pensar. Por que para hacerlo debes cuestionar, indagar, utilizar la creatividad, verificar, leer, investigar… y eso es demasiado esfuerzo para un mediocre, implica hacer muchas cosas.
Por eso los mediocres son peligrosos, porque se creen cualquier chisme y lo riegan, no quieren ni tienen la capacidad de verificar. El problema de los mediocres es que tienen el cerebro cerrado y la boca abierta.
Un mediocre jamás se responsabiliza de sus errores, siempre trata de buscar un culpable o una excusa.
Y cuando se es mediocre, se es en todo, absolutamente todo, hasta en el amor. El novio mediocre nivel máximo es aquel al que ni siquiera se le ocurre regalar un ramo de flores
Como los mediocres son mayoría andan en manada. Se sienten seguros cuando andan en grupo, camuflan su mediocridad dentro de la masa. Y siempre hay un líder mediocre dentro de la gallada de “sin talento”. El líder mediocre no necesariamente es el más inteligente. Suele ser el fiestero, el que invita a comer o tomar a los demás, gestor de los encuentros sociales, el bromista y el más chismoso. El líder mediocre es el que se sabe “el cuento” de todo el mundo y a mediocre le encanta el chisme.
El problema es que el brillante obliga al mediocre a trabajar y esforzarse. En el ámbito laboral el inteligente pone en evidencia, sin querer, la incapacidad del mediocre. Por eso los mediocres odian a los brillantes, los intimida su inteligencia. El brillante no actúa en masa y tiene su propio criterio. El mediocre va a donde lo lleve la corriente.
Mientras el brillante va a cultivarse, a leer, a vivir experiencias culturales, académicas y artísticas que enriquezcan su vida. Al mediocre se le va su vida en tomar licor, parrandear, horas stalkeando en Facebook e Instagram la vida ajena y pierden días enteros viendo series en Netflix.
Ser brillante no es solamente tener talento e inteligencia. Es esfuerzo, constancia, disciplina, dedicación y creatividad.
A los mediocres la envidia se los come vivos, por eso siempre intentan destruir al brillante, con las únicas armas que tienen la lengua y la cizaña. Y esto lo hacen en grupo, una mentira dicha por muchos se convierte en verdad.
El mediocre es popular, nunca va en contravía de la masa. Mientras que el brillante por tener criterio puede que piense diferente, no concuerde con la mayoría y haga las cosas de manera distinta. Ser diferente es un problema dentro de una sociedad llena de mediocres, hechos todos con el mismo molde, alienados y adiestrados.
Por eso el mediocre es más exitoso socialmente. Cuando el brillante está rodeado de mediocres es el excluido, considerado el antisocial porque no sigue los patrones de la manada de mediocres que tiene a su alrededor.
El mediocre suele usar muchas muletillas al hablar, piensa que así su discurso suena más intelectual. Utiliza de manera constante frase como: “por consiguiente, infiriendo que, en este orden de ideas…” Cuando las usa se siente inteligente.
Mediocre rehabilítate, la sociedad te necesita. Aprovecha el tiempo, esfuérzate, lee, sé disciplinado y deja el chisme.
¿Y tú quien eres? ¿El mediocre o el brillante?
Mija nadie pudo explicarlo mejor, acabas de describir mi realidad en la universidad. Como mis trabajos son excelente me dicen la sapa del salón porque el profesor me pone de ejemplo. Medio semestre no me quiere… me siento un poco aislada y con su escrito llegó una luz a mi camino. Ahora todo tiene sentido.