La cínica “San José”

No hay que vociferar a los cuatro vientos que crees en Dios para demostrar que eres una buena persona. Son nuestras acciones a lo largo de nuestra vida las que hablan solas.

Siempre me han dado mala espina las personas que de entrada cuando las conoces te dicen “soy cristiana”, como si fuera una advertencia que te garantiza que estas tratando con una buena persona.

Así mismo, le siento aún más desconfianza a las rezanderas, a esas mujeres que van a misa every day, se rezan todos los rosarios de todos los santos que existen y hasta se saben sus biografías.

Esas mujeres son peligrosas, se creen más santas que los santos a los que le rezan, una hostia sagrada e inmaculada. Pero lo grave es que piensan que si pecan y rezan empatan. Por lo tanto, están convencidas de que cualquier pecado, error o daño que le hagan a algo o alguien se arregla rezando, no pidiendo disculpas al perjudicado o enmendando el error sino rezando de rodillas en la iglesia.

Rezan y son libres de pecado. Y así no es la vida, uno no puede ir por el mundo haciéndole daño a los demás y luego rezando para seguir como si nada.

Y desafortunadamente en la vida uno se tropieza con todo tipo de gente y a mí me tocó trabajar con una rezandera peligrosa. Cuando la conocí no me simpatizó, pero luego mi percepción sobre ella cambió y nos volvimos amigas. Pero como el que obra bien no piensa mal, yo le brindé mi desinteresada amistad.

En poco tiempo me di cuenta de que ella lo que quería era utilizar mi cerebro e ideas para su beneficio personal. Ella es consiente de sus escasas neuronas y trata de utilizar otros cerebros sobrepoblados de brillantes neuronas para así ella poder cumplir con sus obligaciones laborales.

Conversando un día, ella me dio su secreto para triunfar en la vida. Me regaló un librito “El libro de la novena, rosario y oraciones a San José”. Y me dijo: “San José no solamente sirve para conseguir marido, sino que te ayuda a obtener todo lo que desees”.

Según ella, el asunto es simple, hay que rezar completico el librito por 9 días y al finalizar San José te concede eso que le pediste, pero antes debes prometerle algo; ella, por ejemplo, por cada cosa que le pide a San José promete un mercado de comida para una familia pobre y según ella, el asunto con San José funciona al 100%.

Cuando yo escuché todo el asunto sufrí un ¡WTF! A mi entender San José sería algo así como un traficante de deseos. En el caso de ella, un intercambio de deseos por rezos y mercados.

Fue ahí cuando comprendí la verdadera naturaleza de esta mujer y por eso la bauticé “La cínica San José”.

Yo me niego rotundamente a pedir deseos por rezos y mercados. Va en contra de todo lo que soy como persona. Y si le voy a dar un mercado a alguien es porque me nace ayudar, no porque tengo que hacerlo para que San José me cumpla mi deseo. El dar, nace, es desinteresado y honesto.

Ella es una de esas personas a las que yo les digo de “moral relativa”. Las cosas son buenas o malas de acuerdo con su conveniencia.

Un día cualquiera me negué a darle mis ideas y conocí su verdadera cara. Habla mal de todo el que no le agrada y luego va a la misa de las 7 de la noche y queda libre de culpas.

Cizañea contra sus compañeros en el trabajo para que queden desempleados y cuando llega a su casa hace el rosario y se santifica.

Se equivoca y comete garrafales errores laborales, culpa a los demás. Luego hace la novena de la sangre de Cristo y es inmaculada.

Personas como ella son peligrosas, son capaces de asesinar a alguien y luego suben de rodillas Monserrate y no pasó nada.

Ah, por cierto, lo único que ella le pide a San José es dinero y prosperidad social.

La he visto sentarse horas a despotricar de todo el mundo, sintiéndose con el total derecho de hacerlo porque ella piensa que es santa, inmaculada, favorita y escogida de Dios… y los demás somos pecadores impuros con residencia permanente en el infierno.

Pero para mí ella tiene su alma tan torcida como su nariz y su moral es como un pitillo.

Le aplica perfectamente el dicho “interés cuanto vales”. Le reza a San José porque el santo le es útil y cumplidor.

Que día me dijo en el trabajo que pidiera coima por elaborar un documento que podía servir para un contrato. A lo que yo le conteste que NO, que yo no era capaz ni hacia cosas como esas. Y ella me respondió: “tranquila, déjamelo a mí, que yo soy perfecta para eso”. Por supuesto yo no pedí coima y nuestra amistad se disolvió.

Su moral se reduce en: mata, roba, miente, difama… pero nunca dejes de rezar para que quedes libre de pecado.

Posdata: pienso que ella debería pedir trabajo como asistente de NHM, allá tendría tremendo éxito laboral. Tiene una especialidad y maestría en robar, mentir y difamar, con una amplia experiencia. Creo que con ese currículo encaja perfectamente en “el cartel de agua con cianuro”.