Hoy entre tanta gente y tantas voces la soledad se siente cada vez más. Se me acerca silenciosa y me mira a los ojos, no me dice nada, no necesita hacerlo. Pero su mirada es un frío que me congela hasta los huesos.
Quiere invadirme, llenarme de tristeza. Precisamente hoy que estoy más sensible que nunca. Mi optimismo está más abajo que el cero.
La soledad se me acerca como un vampiro que chupa sangre, ella quiere chuparme la alegría.
Hay muchos tipos de soledades. Aquella que te invita a reflexionar, es como si te sentaras a tomar un café con una vieja amiga. Hay otra soledad que te libera, como un espacio en blanco y abierto donde puedes ser en plenitud tu misma. Existe una soledad que te abre las puertas de la casa de tu vida, para que entres a dedicarle tiempo a hacer lo que te gusta.
Esta soledad, la de hoy, va de la mano de la tristeza, son casi como hermanas gemelas. Cuando se te acercan sientes que caes en un hondo abismo. Caes, caes y caes, pero nunca llegas al fondo, por eso la sensación de vacío no te abandona.
Ella no pide permiso para entrar, esta soledad irrumpe sin tocar la puerta, invade a la fuerza tu vida ¿Cómo la saco de mis días? Ni idea, simplemente se va sola, se esfuma en la cotidianidad.
Afortunadamente, esa visita, no bienvenida, de la soledad y la tristeza no llega a menudo a mi vida. Mejor toco madera para que nunca se le ocurra volverse residente en mi vida.
Esta soledad genera un efecto secundario en mí, no me deja escribir. En ese estado no puedo, las palabras se me esconden, huyen de mi despavoridas. Y cuando no escribo entro en una tenebrosa oscuridad, en la que no veo el horizonte ni a mi alrededor ni a mi misma.
Cuando no escribo me pierdo, a mis días se les extravía el rumbo. Porque escribir es mi brújula.
Soledad no grata recuerda que no debes ir donde no eres bienvenida.


” Aquella que te invita a reflexionar, es como si te sentaras a tomar un café con una vieja amiga.” Esta soledad es mi favorita. Me siento 100% identificado con tu escrito. Plasmaste con letras el sentir de muchos. Casi poético este articulo.