En ocasiones conocemos personas que le muestran a uno lo patético que pueden llegar a ser algunos seres humanos. Cuando uno piensa que es imposible que alguien caiga más bajo, llega este filipichín de poca monta y le demuestra a uno que el abismo de la ridiculez no tiene fondo.
Desde que escuché el término (filipichín) me encantó, pero no tenía a quien aplicarlo, hasta que lo conocí a él.

Este Filipichín a inspirado varios de mis escritos a lo largo de estos tres años que tengo el infortunio de conocerlo. Es imposible no escribir sobre las absurdas cosas que hace, precisamente por eso, es tan inverosímil que alguien realice tantas ridiculeces juntas que por el mismo asombro termino escribiendo.
Nuestro Filipichín de poca monta es un hombre promedio, físicamente normalito, pero tiene un alma tan desagradable que lo hace ver feo. Es abogado y siendo cruelmente honesta él es bastante inepto. De hecho, es una de las personas más brutas que conozco, está dentro del top 10 de los tarados. No entiendo como se graduó de la universidad.
Él sabe que es un inepto y se esfuerza porque nadie lo note. Para eso creó un super ego, como armadura para protegerse y que no se noten las múltiples inseguridades que lo carcomen. Y eso empeoró su condición de filipichín, porque él es ridículo, inepto, ignorante y arrogante ¡Ah! Se me olvidaba, es un gran mediocre, el filipichín me inspiró un post que escribí sobre el tema.
Para lo único que el filipichín es bueno es para mover la lengua, sea para chismosear o para lambonear.
Tiene por costumbre destruir a las personas que no le agradan a través de chismes, inventando todo lo que puede de ellas. Le gusta destruir la imagen de las personas más inteligentes, capaces y mejores personas que él-
Al respecto Cicerón dijo: “No hay nada tan veloz como la calumnia, ninguna cosa es más fácil de aceptar ni más rápida de extenderse”.
He visto como ha intentado dañar la imagen de varias personas en el trabajo a punta de calumnias, entre ese grupo de personas que con lengua viperina le ha querido hacer daño estoy yo.
También es asombroso observar lo lambón que es, tiene la capacidad de decir todos los elogios posibles a aquel al que le está lamiendo la suela. Pone a la gente en un pedestal, todo para conseguir algo. Sólo es amable y adulador con las personas que le son útiles.
Como de hipócrita no tengo ni una hebra de cabello, el filipichín sabe todo lo que pienso de él, esto que hoy convertí en letras. Desafortunadamente la vida nos ha puesto en situaciones en las que cara a cara hemos tenido que decirnos las verdades, pero por supuesto la única que ha dicho lo que piensa y la verdad he sido yo.
En una ocasión el filipichín mintió y nuestro jefe nos sentó a ambos para arreglar la situación y él fríamente me miró a los ojos y negó todo. Las personas que son capaces de mentirte mirándote a los ojos son muy peligrosas.

Pero, aunque ese día, el empezó sosteniendo esa mentira, la entereza y seguridad con la que yo le hablé lo atemorizó y al final aceptó sus acciones y pidió disculpas.
Desde ese día empecé a desconfiar de él. Este filipichín es más falso que una pelea de los Power Rangers. No le creo ni unos buenos días.
Él tiene todos los defectos que hacen a una persona peligrosa, malvada y maquiavélica. Ni confesándose todos los días limpia su alma, un millón de rosarios no lo sacan de la paila. Y para rematar es el mejor amigo (dicen que pareja) de la “Cínica San José”. Satanás los hace y Belcebú los junta.
Afortunadamente tengo unas Antenitas de Vinil bastante eficientes y suspicaces, que me mantienen alerta frente a este tipo de personas.
¿Cómo detectar si convives con un filipichín de poca monta?
- La ridiculez con la que actúa es inverosímil
- Tiene un ego tan grande que lo aplasta
- La palabra bruto no alcanza para definir su incapacidad
- Envidia hasta los suspiros
- Es el primero llevando la bandera de los mediocres
- Es capaz de calumniar a su propia madre
- Miente mirándote fijamente a los ojos
- Adula hasta a una estatua
- Se cree un Brad Pitt latino y el pobre no llega ni a un Don Ramón.

