Todas las chicas o casi todas (existirán raras excepciones) hemos tenido una némesis en nuestras vidas ¿Qué es una némesis? Es una amiga que a su vez es tu enemiga y rival. Suena contradictorio, pero dentro del complejo mundo de nosotras el asunto es así.
Tu némesis es tu amiga, hace parte de tu grupo de amigas, sales con ella de fiesta y en plan de chicas. Se tratan como si fueran las mejores amigas y hasta le cuentas tus cosas (las que te convienen). Pero esa amistad es como un mar en calma, lleno de corrientes peligrosas en el fondo.
¿Cómo descubres a tu némesis? Hay una rivalidad entre ambas, que puede desarrollarse por algún motivo en particular o simplemente nace porque si espontáneamente.
Y esa rivalidad y competencia (mal sana) mutua genera envidia, puede que entre las dos o de una hacia otra. Puedes tener una o varias némesis a lo largo de tu vida. Es posible que te tropieces con la primera en el colegio o en la universidad.
En mi caso, hasta el momento, la única némesis que tengo la conocí en el colegio y estudiamos cinco años juntas. Debo decir que mi animadversión por ella no ha cambiado a pesar de los 12 años que han pasado y puedo intuir que a ella le ocurre lo mismo.
De ahora en adelante llamaré a mi némesis “La Rana” por lo babosa, brincona, chismosa y fea.
La primera vez que vi a La Rana fue en un recreo, aún no estudiábamos juntas, ella estaba en un salón distinto al mío. Recuerdo que cuando la vi por primera vez me pareció tan fea y estúpida que me generó un rechazo instantáneo y ni siquiera le sabía le nombre. Tenía 11 años en ese momento.
A partir de ese día me la empecé a tropezar en todas partes. Recuerdo que pensé “me encuentro a esta tonta hasta en la sopa”. Cabe aclarar que antes de haberla visto en aquel recreo, nunca me la había encontrado ni era consciente de su existencia.
Un día, un domingo, estaba con mi familia en el carro, esperando que cambiara un semáforo y cuando miré hacia un lado estaba ella en una camioneta pick up en la parte de atrás, rodeada de varios niños. Me dije a mi misma “¿Cómo es posible que esta estúpida tenga tantos amigos?”
Cuando ya nos hicimos némesis oficiales comprendí que esos no eran sus amigos sino de su hermano. La Rana tiene un hermano mayor, que en esos tiempos era muy popular y tenía muchos amigos con los que salía de paseo y se llevaba a La Rana con él. Cuando supe esto todo tuvo lógica, no era posible que una ridícula de su envergadura fuera tan popular y llena de amigos.
¿Cómo sabes que alguien es tu némesis?
Les voy a dar unos tips para que descubran si tienen una némesis.
-
El complejo de Blancanieves
Pues primero y como toda fémina sale a flote el complejo de Blancanieves “Espejito, espejito ¿Quién es la más bonita?” Y en nuestro caso el espejito la tiene fácil, por goleada la más bonita soy yo. La pobre Rana fue como mal hecha, como dicen por ahí es “brusquita de cara”, no hay Photoshop que le arregle esa estampa. En serio, de verdad se lo digo, no hay cirugía que le componga ese rostro.
Parece que cada una de sus cejas tuviera vida propia. Una va para un lado y la otra para otro, se mueven solas, como poseídas. La pobre a lo largo de los años ha intentado arreglar ese asunto, creo que es consciente de eso, se ha sacado las cejas de varias formas, se las pinta, define… y nada, el asunto es la expresión, el movimiento de las cejas. Si así son las cejas calculen el resto.
Tiene ojos, mirada y nariz de bruja de Disney. Como la de la ilustración, tal cual, sólo que una versión más joven.
No tiene sonrisa, es algo así como una mueca. Uno no sabe si se está riendo o está sufriendo un infarto. Algo parecido a esto:
Es blanca, como babosa, como rana platanera. Es algo como así:
La pobre Rana sufre de complejo de Blancanieves conmigo, es consciente de su fealdad y se la come viva la envidia, soy naturalmente bonita, ni modo Ranita, es genética, que se le va a hacer.
Su deseo que yo me vuelva fea o que se me joda la cara ha estado latente desde que nos conocemos. Que día yo sufrí un accidente automovilístico en el que me fracturé la nariz y me la operaron. Lo comenté en el grupo de WhatsApp del colegio. Días después, no recuerdo por qué, se subieron al grupo selfis de nosotras, yo subí la mía y La Rana escribió: “esa foto debe ser vieja, porque debes tener una terrible cicatriz en la cara por la cirugía de la nariz”. Yo quedé plop con su comentario.
Le respondí que no me había quedado ninguna cicatriz, me arreglaron la fractura sin cortarme la cara o la nariz y que la foto era actual. Entonces La Rana se atrevió a insinuar que entonces el accidente y la fractura de la nariz eran un invento mío o que estaba ocultando la cicatriz.
¡WTF! Ese día quedé perpleja con el nivel de envidia enfermiza que esa mujer siente por mí. Me llené de indignación e iba a subir una foto mía con la nariz recién operada, pero luego me dije “Wait cariño, tú no tienes que demostrarle nada a esa babosa, ignórala”. En realidad, ella desea que yo tenga una horrible cicatriz en la cara.
Que día bajé una app que te permite saber quién stalkea, le da zoom y descarga tu foto de perfil en WhatsApp ¡Oh sorpresa! La Rana a diario ve mi foto de perfil, le da zoom y cada que cambio de foto la descarga en su celular ¿Para qué diablos baja mi foto a su teléfono? Yo no descargo fotos de ella ¿Estará haciéndome brujería? ¿Tendrá una muñequita mía de vudú llena de alfileres? Las posibilidades de que algo así esté sucediendo son altas, debido a que ella se cree una seudo bruja.
Puede tenerme llena de alfileres o mi foto enterrada quien sabe dónde, deseándome todos los infortunios existentes, pero afortunadamente nada le ha funcionado.
-
El complejo de Wall Street
¿Quién ha triunfado más? ¿Quién es más feliz? ¿Quién tiene una vida más exitosa? Duré muchos años sin saber de ella, pero debido a las redes sociales y al WhatsApp nos “reencontramos” y como es lo típico nos “contamos” nuestra vida, actualizamos agenda. Medio le conté algunas cosas de mi vida, bastante básicas. No me interesa que sepa mucho sobre mí, por aquello de los malos deseos.
Esas actitudes y pensamientos no hacen parte de mi filosofía de vida ni así me criaron en mi casa. Pero siempre desde el colegio de parte de ella he visto esa competencia silenciosa.
Pienso que la vida no es una carrera ni una competencia, en donde debemos logar esto o aquello. Ni sobre nuestra vida debemos dar cuenta a los demás. Si quieres competir con alguien debe ser contigo misma, animarte a ser cada día mejor, tener metas y cumplirlas. Tratar día a día ser personas auténticas.
Aunque ella no tuvo que abrir la boca para que me cayera mal, creo que una de las cosas que influyó a incrementar mi antipatía hacia La Rana, fue sentir que ella competía malsanamente conmigo.
Nunca se me va a olvidar el día que entregaron las pruebas escolares de estado, en mi época se llamaban Icfes y de su puntaje dependía el ingreso a muchas universidades. Cuando nos dieron los resultados yo saqué un muy buen puntaje, que me permitía entrar a la universidad que yo quisiera. En cambio, ella sacó un puntaje muy mediocre que no le servía para entrar a la universidad y a la carrera que ella deseaba estudiar.
Cuando La Rana me preguntó mi calificación, yo emocionada se la dije y la cara que ella hizo fue terrible, me dijo: “¿Tu sacaste ese puntaje? ¿Tú? ¿Cómo puede ser posible?” Lo dijo de una manera tan despectiva, con tan mala energía y envidia, que en ese momento me aterré con su reacción.
Me trató como si yo no tuviera las capacidades para sacar ese puntaje, como si no lo mereciera, como si se debiera a la suerte o el chiripazo, porque yo era (para ella) una bruta e incapaz de lograr algo así.
Nos graduamos del bachillerato, ella se fue a otra ciudad y después me enteré que presentó varias veces la prueba de estado para tratar de sacar el puntaje que necesitaba y estudiar donde soñaba la carrera que deseaba, pero nunca obtuvo el puntaje que exigían, así que decidió estudiar otra carrera afín a lo que a ella le gustaba.
Yo en cambio estudié la carrera que siempre soñé en la universidad que deseaba. Supongo que eso afianzó en ella esos malos sentimientos hacia mí e incrementó la envidia.
Cuando nos reencontramos, gracias a las redes sociales, ya ambas éramos profesionales en el mundo laboral. No tengo ni idea si ella ha tenido o tiene buenos trabajos y si es exitosa en su profesión. Y no lo sé porque nunca se lo he preguntado ni indagado con nadie, simplemente no me interesa.
Pero ella sí que lo ha hecho y creo que no debe estar muy contenta con la información, porque, aunque no soy la más exitosa del mundo, no me ha ido mal, no me puedo quejar.
Creo que no soy la única némesis que ella tiene, recuerdo una vez, cuando estudiábamos en la universidad, un día me la encontré en la calle y me preguntó sobre qué sabía de nuestras demás compañeras, “pues no mucho” le contesté. “Creo que fulana está estudiando esto y mengana aquello”. Luego me preguntó por una compañera en particular, le dije “creo que estudia psicología en Barranquilla, eso escuché” y me respondió: “pues a mí no me dijeron eso, ella vive en Barranquilla, pero es drogadicta y prepago”. Me lo dijo con una sonrisa y cara de satisfacción que me dejó fría. Le contesté: “la verdad no creo eso”. Aunque esa chica no fue mi amiga durante el colegio, estudié muchos años con ella, toda mi niñez y adolescencia, ella no era un tipo de persona que terminaría de prostituta y drogadicta. Y, de hecho, eso nunca fue verdad, fue una excelente estudiante y es una exitosa profesional.
El asunto es que con tu némesis esa competencia existe como una guerra fría. Sea que tu compitas contra ella, ambas compitan entre sí o ella compita sola contra ti.
Y esa competencia, el estar comparándote con la otra, desearle a la otra que no sea mejor que tú, envidiar lo que logra y lo que es, NO ES CORRECTO ni sano ni trae a la vida de ninguna nada positivo.
Les recomiendo a todas mantener su mente, corazón y acciones lejos de estos comportamientos. Todos en algún momento podemos caer en ese error y competir con la otra, pero cuando seamos capaces de detectar eso hay que cambiar de actitud.
-
Lengua viperina
La lengua viperina y venenosa se puede hacer presente en estas relaciones de “amistad” mal sanas. Sí existe la envidia, la competencia y los malos deseos, lo más probable es que el rumor aparezca. Una forma eficaz para hacer daño es con el chisme, desprestigiando al otro y dañándole la imagen.
A La Rana hay que sumarle un punto a favor, hasta este momento no he escuchado que a mis espaldas hable mal de mi o que se haya inventado un chisme mío. Ha tratado de difamarme en varias ocasiones, pero de frente, y la he frenado en seco. Hay que reconocer que (hasta donde yo sé) no ha tratado de enterrarme el cuchillo por la espalda.
Normalmente cuando tienes una némesis, una o ambas suelen hablar mal de la otra, por supuesto, por detrás. Y son estas acciones las que al final llevan, en algún momento, a que la relación hipócrita entre némesis se rompa, toda la enemistad y veneno oculto sale a flote, declarándose la guerra de frente.
-
Disputa por el macho cabrío
Suele ocurrir que ambas en algún momento se enamoran de un mismo hombre. Gracias a Dios eso nunca ocurrió entre La Rana y yo, o por lo menos, no de mi parte. De ella jamás escuché que le gustara alguno que a mi me gustaba ni viceversa.
A veces dos chicas comienzan a ser némesis precisamente por un hombre. Porque a dos amigas les gusta el mismo tipo y empieza la rivalidad y antipatía. Usualmente el tipo no se queda con ninguna de las dos y las némesis quedan enemistadas de por vida, dejan de ser némesis para convertirse en enemigas.
Conozco varias amigas y compañeras que se ganaron sus némesis así. Un par de compañeras de colegio, super amigas de toda la vida, terminaron de némesis a muerte porque una le quitó el novio a la otra. Al final ninguna de las dos se quedó con el susodicho. Ambas actualmente están casadas y con hijos, pero parece que el tema nunca lo pudieron superar y no se soportan una a la otra.
En la universidad conocí un par de mejores amiguitas, una salía a escondidas con el novio de la otra. Hasta que la cachoneada se dio cuenta y por supuesto enemigas a muerte. Pero ellas antes de su enemistad eran némesis, se envidiaban, hablan mal una de la otra sobre la ropa que se ponían… en fin.
La conclusión generalmente es la misma, ninguna de las dos al final se queda con el hombre en disputa. Al final una de las dos puede terminar siendo la Buñuelita del paseo (sino saben que es Buñuelita, leer AQUÍ).
Consejo Final
Si detectas cualquiera de los cuatro síntomas explicados, tienes una némesis garantizada. Si quieres tu vida lejos de la envidia, mantente a distancia de tu némesis, no cultives esa hipócrita relación.
Yo mientras tanto sigo con La Rana como némesis, orando para que un día de estos de su corazón salga esa rivalidad absurda. Ella a mí nunca me va a caer bien ni va a ser santa de mi devoción, pero le deseo una vida llena de felicidad y cosas hermosas, para que se olvide de cualquier envidia que la carcome hacia mí. Rana si me estás leyendo limpia tu corazón.
He leido este post 7 veces y no paro de reirme, Me imagino las cejas moviendose de un lado a otro. Eres una genia.
Yo tengo una nemesis de la universidad, la desgraciada me copiaba todo, la forma de vestir, hasta el perfume. Hasta que un dia me aburri de tenerla de seuda amiga y la mande a la mierda.