Es una cosa extraña, en ocasiones espero a alguien en mi vida y en otras ocasiones no espero a nadie. No busco a nadie, de eso sí estoy segura, el amor no se busca y tampoco se encuentra, simplemente sucede. Es fácil escribirlo, pero difícil comprenderlo, porque desde pequeña nos adiestran, nos lavan el cerebro haciéndonos sentir y creer que estamos destinadas para alguien. Que estamos incompletas, que necesitamos de otra mitad para convertirnos en un ser completo. Desprogramar de tu cerebro esa cantidad de ideas es una cosa muy difícil y casi que diaria, en ocasiones me descubro con alguno de esos pensamientos en mi cabeza, que ni siquiera creo ciertos, pero que aún afloran. Volverse a construir no es fácil.
¿Será que ya lo conocí? fue lo que me pregunté, cuando me descubrí como una tonta observándolo ¿Será este que me está produciendo breves taquicardias? Este que me hace sonreír sin motivo alguno ¿Será esa la persona con la que podré compartir una parte de mi vida? Todas esas preguntas estaban en mi cabeza, preguntas incoherentes frente a lo que pienso y a mi filosofía de vida, pero ahí estaban, nuevamente llena de incoherencias en mi interior.
No fue un flechazo instantáneo, cupido no intervino, fue un proceso lento, en el que de repente ¡Puf! Me di cuenta que sonreía como tonta cuando lo veía.
¿Le gusto? Ni idea, no soy muy buena detectando eso. Creo que no, sólo hay amistad y cordialidad de colegas entre nosotros. Jamás daré el primer paso. Nunca lo hago. Me da temor el rechazo amoroso.
Sólo queda esperar con normalidad, hasta ver que ocurre ¿Enamorada? No. Simplemente me gusta mucho y me hace reír.
Este post tiene un continuará… por aquí pasaré a contarles lo que ocurra.
Posdata: tiene un ligeroooo parecido a Ricky Martin.